Es una manera muy poco creativa de definir a los premios, pero los cierto es que así todo el mundo lo entiende. El Óscar del mundo de la ópera, el Óscar de los quesos o los óscar de la ciencia son expresiones usadas a menudo en los medios y mucho más conocidas que si hablamos del iF Design Award, el galardón más importante y prestigioso del mundo del diseño.
Sin embargo, este galardón lleva entregándose desde 1953 y tiene, o se le supone, la capacidad de lanzar a otro nivel a cualquier producto distinguido con este sello, que reconoce la calidad e innovación en el diseño. Lo que ocurre es que, en realidad, al casco Evo 21 ni siquiera le hace falta este impulso. Porque es de los que enamoran con solo mirarlo.
El Evo 21 es la propuesta urbana de Livall, la marca de cascos que dirige Manuel Marín y que tiene en España su sede europea. La empresa ha ganado la última edición del iF Gold Award dentro de la disciplina de ciclismo, perteneciente a la categoría de deportes outdoor. El modelo ha sido diseñado por la firma madrileña RUMA design.
El casco, que hemos podido probar por las calles de Madrid, tiene una versión en cuatro colores: negro, blanco, menta y ultravioleta. Y para gustos de cascos, colores, claro, pero el menta es especialmente dinámico y llamativo.
Con un precio actual de 129 €, Livall quiere llevar el diseño a las principales ciudades españolas, dotando al ciclista de un elemento de distinción que sumar a la bici o a la indumentaria deportiva. Más incluso, ya que no olvidemos que el casco es visible también (si tú quieres) cuando aparcas la bicicleta, y que puede ser lo primero que dejes sobre la mesa de un bar si quieres que tus amigos lo vean.
Estamos en 2022, y puedes vivir de espaldas al postureo, o simplemente tener buen gusto y dejar que se note. Es una elección personal, pero lo cierto es que el EVO 21 combina un agresivo aerodinamismo y seductoras líneas del mundo del ciclismo contrarreloj con tecnología de seguridad activa inteligente, que se concreta en luces de frenado e intermitentes.
Luces de frenado e intermitentes
Un centro de control anclado al manillar te permite utilizar los intermitentes en la parte trasera del casco sin necesidad de levantar la mano y perder estabilidad. Además, el casco cuenta con un acelerómetro que usa la gravedad para detectar la desaceleración del vehículo, activando las luces de freno durante 8 segundos, alertando así a los vehículos y peatones cercanos.
Estos dispositivos son compartidos con toda la gama de cascos Livall, que se preocupan – como todo casco de bien que se precie de serlo- por situar a la seguridad en el centro de su esencia. Y no es un tema menor. Llevar unos intermitentes a la altura de la cabeza es algo fácil de comprender y entender por todos los conductores.
Hay que acostumbrarse, eso sí, a su uso. Los botones del manillar son claros y sencillos de utilizar, pero si llevas toda la vida levantando las manos en los cruces, te costará al principio acordarte de que ahora tienes que tocar un botón para indicar los giros. Pero es solo cuestión de tiempo.
Porque, la idea, según nos contó el CEO de la marca en Europa, es democratizar estos cascos inteligentes para que todo el mundo los llegue a usar por las calles y aumente la seguridad de los ciclistas. Indicar los giros con luces puede ser muy útil si todos nos acostumbramos a ello.
Además, el casco cuenta con el sistema LIVALL SOS, una patente mundial que funciona con un sensor de detección de caídas que se activa automáticamente, tras 90 segundos sin detectar actividad , enviando a tus contactos de emergencia tu ubicación exacta vía GPS.