Por Techo Díaz.- La Organización de Consumidores y Usuarios, más conocida como OCU, ha hecho público un estudio en el que analiza la calidad de las infraestructuras ciclistas en 14 ciudades españolas. Y no hay sorpresas. La peor en todos los aspectos es Madrid.
Acostumbrada como está la capital a aparecer en los últimos puestos de cualquier clasificación de esta índole que se publique, a nadie sorprenderá este último estudio, que deja también en mal lugar a La Coruña, Córdoba, Málaga y Bilbao.
Realmente, Madrid lo peta en todo. Su red es incompleta, discontinua, irreconocible, carece de uniformidad y no transcurre por las vías principales. El prometido Carril Bici de la Castellana, sobre el que había acuerdo unánime de todos los partidos, no está y, aunque se le espera, será difícil que se inaugure antes de las elecciones, cuando las fotos sirven -o eso piensan los políticos- para arañar votos indecisos.
Lo mires por donde los mires, es un auténtico desastre. Una ciudad anticiclista que no parece haber entendido el urbanismo del siglo XXI, o que simplemente prefiere pasárselo por el forro habida cuenta que el colectivo que más votos otorga en las elecciones locales, el de las personas mayores, no está por lo general demasiado a favor de los carriles bici.
No mucho mejor están haciendo las cosas en La Coruña, una ciudad en la que, si se lo propusiesen, sería una maravilla moverse en bicicleta. En la ciudad gallega los carriles bici parecen concebidos para pasear más que para usar la bici como medio de transporte. Así -destaca el estudio- la mejor y casi única vía ciclista corre paralela a la costa.
De Málaga denuncia el estudio el abuso de los ciclocarriles. Y cualquiera de los que haya usado entenderá de que están hablando. Un ciclocarril no es más que una bicicleta pintada en el suelo con una señal de 30 km/h y no puede considerarse un carril bici. En una gran avenida con tráfico rápido e intenso, el ciclocarril no aporta suficiente seguridad y no incentiva el uso de la bici. Esto ocurre no solo en Málaga, claro. También se abusa en Madrid.
En general, el estudio deja muy mal paradas a casi todas las ciudades españolas, que fracasan estrepitosamente a la hora de potenciar el transporte intermodal. En La Coruña no hay aparcamientos en los centros intermodales. En Bilbao, Cádiz, San Sebastián, Valladolid y Zaragoza solo existen en las estaciones de trenes. Estas carencias hacen más incómodo el uso de la bicicleta en estas ciudades.
Las cinco ciudades que aprueban
Las ciudades que cumplen los criterios y pueden presumir de una buena o muy buena red de vías ciclistas son Vitoria, Valencia, Sevilla, Barcelona y San Sebastián, aunque en esta última se aprecia un cierto retroceso respecto a su valoración en 2013.
Vitoria sigue encabezando el ranking de mejores ciudades españolas para montar en bici, aunque el informe valora negativamente el hecho de que se haya suprimido el servicio público de alquiler de bicicletas. Sevilla y Valencia son las ciudades con más puntos de alquiler por cada 100.000 habitantes, seguidas de Barcelona y San Sebastián.
