De pequeños siempre nos los decían. No sólo hay que saber perder, también hay que saber ganar. Lo que no nos explicaban es que además de saber ganar, hay que saber descorchar botellas de champán y de prosecco, y evitar que los tapones nos revienten los ojos.
Y esa lección es importante, porque si no lo aprendes bien y te topas con uno de los tapones asesinos de los Abruzos el mejor día de tu vida puede transformarse en la retirada más bizarra de la historia del ciclismo. Retirado por taponazo.
Y aunque suene a telenovela o a capítulo de ‘El Día Menos Pensado’ es exactamente lo que le pasó a Biniam Girmay, el primer ciclista eritreo en ganar una etapa del Giro. Ganó al sprint nada más y nada menos que a Mathieu van der Poel, en un triunfo que será recordado durante décadas por los que supone, por cómo fue y dónde tuvo lugar.
Una cosa es ganar y otra hacerlo ante el niño mimado de la afición mundial. Si ganas al mejor, compras muchas papeletas para ser el mejor. O al menos en la mente de los aficionados, donde, al menos hasta ayer, Van der Poel era el mejor. Girmay ya empezaba a ser de culto tras su victoria en la Gante- Wevelgen, pero hacían faltas más cosas. Ganar a VdP, por ejemplo, y retirarse tras un taponazo.
Porque el eritreo ha abandonado el Giro, herido en el ojo por un impacto de Prosecco. Del tapón de la botella con que estaba celebrando el gran triunfo del ciclismo africano.
En el video se puede ver como el tapón impacta en la cara del ciclista, lo que provoca incluso la hilaridad del comentarista. Parecía, en los primeros instantes, una simple anécdota. El ciclista de Wanty aguanta de manera estoica el dolor y celebra su triunfo, pero se lleva en repetidas ocasiones el brazo al ojo dañado.
Poco después fue trasladado a un hospital y a última hora de la tarde ya se ponía en duda su participación en la siguiente etapa del Giro. Hoy se ha confirmado. Girmay no toma la salida.
No existen – o nos son fáciles de localizar- precedentes en accidentes de este tipo, aunque el descorchado de las botellas siempre ha entrañado peligro. Un tapón disparado a 80 km/h puede causar serios problemas en un ojo, lo que esperemos que no sea el caso del ciclista eritreo, que por cierto volvía ayer a brindar con sus compañeros de equipo a eso de las diez y media de la noche. Ignoramos si con prosecco.
The hero is here 😍
🇪🇷 @GrmayeBiniam has returned to celebrate his historic victory with his teammates 🥂#Giro #VeniVidiBini pic.twitter.com/CfOPNxxB5S
— Intermarché-Wanty-Gobert (@IntermarcheWG) May 17, 2022
Botellas más peligrosas que nunca
Lo cierto es que las botellas de esta edición del Giro de Italia están resultando más peligrosas que los descensos o los sprints. Juanpe López y Mathieu Van der Poel ya fueron agredidos en etapas precedentes por los tapones asesinos, aunque pudieron esquivar el golpe en el ojo.
Según cuentan en Eurosport, las botellas de champán de este Giro 2022 son difíciles de abrir por su gran tamaño. Lo que hace la organización es retirar previamente el plástico que cubre el tapón y el cuello de la botella y deja casi abierto el alambre que recubre el propio corcho característico del champán y los vinos espumosos. De esta forma, el ciclista no pierde mucho tiempo en abrirla debido a su gran tamaño y se ahorra tiempo en la ceremonia.