Dicen que la vida siempre ofrece una segunda oportunidad. Quizás en Australia este dicho no sea así, literal, o a lo mejor ni siquiera exista, pero como Jai Hindley tiene su lugar de residencia localizado en España decidió agarrarse a esta frase hecha como si le fuera la vida en ello. Y es que después del varapalo que se llevó hace dos años, con el mundo patas arriba en 2020 con la pandemia acechando en cada esquina, el ciclismo, la vida y el Giro de Italia le han devuelto lo que entonces le quitaron.
“Perdí el Giro el último día, el no ganarlo me destrozó el alma”. Una frase actual del corredor del Bora, ya con el alma restaurada y el corazón reestablecido. El australiano por fin ha llegado al podio final de la carrera italiana vestido con la maglia rosa y ya tiene la primera Gran Vuelta en un palmarés extraño y llamativo, pero que ya quisieran muchos para sí mismos. No habrá sido el Giro más bonito de los últimos años, de hecho quizás haya sido uno de los más sosos y feos que hayamos presenciado en los tiempos recientes, pero eso a Hindley le da exactamente igual porque el título cuenta lo mismo.
El palo del 2020
Hindley se presentó en el Giro de Italia de 2020 vistiendo los colores del Sunweb y sin un gran bagaje a sus espaldas. Pero el mundo y el ciclismo estaban raros, despistados y nada de lo que pasaba era lógico. Si a cualquiera le dicen que se iban a jugar el triunfo final Tao Geoghean Hart y Jai Hindley mano a mano seguramente no se lo hubiera creído, pero eso fue exactamente lo que sucedió.
Sin hacer mucho ruido, Hindley fue aguantando con los mejores en los primeros días, sobrevivió sin sobresaltos y se plantó en la última semana de competición con opciones, aunque era complicado pensar en algo grande con él. Hasta que el día de Piancavallo, en la decimoquinta etapa, aguantó con los mejores y dio el salto al podio en la general. Almeida todavía era el líder de la carrera hasta que desfalleció el día del Lago de Cancano, una jornada en la que Hindley se hizo con el triunfo.
Ahí dio un golpe encima de la mesa y lo secundó en la penúltima jornada con final en Sestriere. Un final de infarto, como si fuera Fórmula1, donde el australiano fue segundo por detrás de Tao. Así, todo preparado para la crono final en Milán con lo nunca visto antes, dos corredores empatados a tiempo. Hindley portaba la maglia rosa pero Tao partía con ventaja por sus mejores cualidades para la crono. Y los pronósticos no fallaron porque el británico terminó sacándole 39 segundos y dejando fuera de la victoria de una forma muy cruel al del Sunweb.
En 2022 se resarce
Lo cierto es que Hindley tuvo un 2021 para olvidar. En el Giro del año pasado estaban muchos ojos puestos en él pero por molestias físicas no pudo responder e incluso abandonó antes de tiempo. Su temporada pasó prácticamente desapercibida y por eso no estaba entre las principales quinielas tampoco del Giro de 2022.
Y de nuevo Hindley, ahora en el Bora, no hizo demasiado ruido en los compases iniciales hasta que llegó el día del gran Blockhaus. En un sprint reducido con los grande favoritos se impuso por delante de Bardet, Carapaz, Landa y Almeida y ahí volvió a ganar protagonismo. Estuvo cerca de vestirse de rosa el día con final en Turín ya en la decimocuarta etapa, pero Carapaz resistió… hasta la Marmolada. Fue el día que le tocó explotar al ecuatoriano y en el que nuestro amigo Jai sacó a pasear los vatios y la caja de los truenos.
En un Giro con mucho control fue el más valiente y el más fuerte, dejó a todos sus rivales atrás y cimentó su victoria. Aquel día salió con 1 minuto y 25 segundos de ventaja sobre Carapaz, en medio de los rumores de su vuelta a Movistar. Y al contrario de lo que sucedió en 2020, la ventaja que tenía para la contrarreloj final en Verona fue más que suficiente para coronarse.
La vida le dio otra oportunidad a Hindley, o más bien se la ganó él solo a base de trabajo, esfuerzo y capacidad para reponerse a los golpes. Ya tiene su primera Gran Vuelta, en su carrera favorita, el Giro. ¿Habrá más?
