Fans Alpe d'Huez
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Fans en Alpe d’Huez: ¿fiesta o aberración?

Dice Luke Rowe que cuando se retire va a acercarse a una curva de Alpe d’Huez a tomarse unas cuantas cervezas con los seguidores que cada año invaden la subida de la mítica ascensión del Tour de Francia. Y lo dice, probablemente, desde la más sana envidia. Ser ciclista mola, pero ser fan puede ser aún más divertido.

Sobre todo cuando ves pasar a ciclistas como el galés, que regalan tanto a la afición. Un simple gesto como abrir los brazos puede compensar el hecho de pasarte una mañana entera en una montaña a 35 grados para ver pasar a los ciclistas solo unos segundos. Se puede -y se debe- ser muy feliz desde el respeto.

Con motivo de la ascensión a la montaña más querida del mundo ha vuelto a surgir el debate. ¿Qué ocurre en las faldas del Alpe d’Huez? ¿Es una fiesta o una aberración? ¿Un espectáculo para difundir o del que avergonzarse?

Pues como siempre, habrá opiniones para todos los gustos, pero desde luego hay quien se lo pasa muy bien allí. Basta ver -otro año más- los videos que se comparten en redes sociales sobre las fiestas y los bailes que grupos de fans auténticamente organizados se pegan en dicha montaña. Es como las fallas o la Semana Santa en Andalucía. Algunos esperan todo el año para vivir este momento.

Hay congas con mucha menos clase. Pero es que tener un estadio como los Alpes te permite todo esto y mucho más. En ningún partido de fútbol se ha congregado ni se congregará jamás tanta gente como en la subida a Alpe d’Huez. Nunca hay datos concluyentes, pero cada año congrega entre 800.000 y un millón de personas, que además pueden ver a sus ídolos mucho más cerca que en cualquier palco VIP de cualquier otro deporte.

Eso sí, en etapas como esta tienes que ir varias horas antes para coger sitio. ¿Y qué haces mientras tanto? Pues muchos de ellos beben cerveza. Y se disfrazan, y bailan la conga. ¿Es esto malo? No lo es, mientras no molestes a los ciclistas. El problema es establecer dónde está la frontera.

El otro día hablaban de ello Pedro Delgado y Samuel Sánchez en la retransmisión de TVE1. Y coincidían en su planteamiento. Es muy bonito ver las carreras atestadas de gente, animándote. Aunque no oyes casi nada porque vas centrado en tu esfuerzo, el calor del público te da ese extra que necesitas para subir puertos a 35 grados de temperatura.

Otra cosa es el idiota que intenta correr a tu lado, disfrazado de zanahoria intentando salir en la tele. Ese sí molesta, y hasta puede provocar una caída. Además- y esto es apunte mío- está completamente desfasado. Hoy ya no hace falta hacer el memo para salir en la tele. Se han inventado las redes sociales y si realmente eres tan creativo disfrázate de pollo y baila reggaeton con los tacones rojos, que seguro que lo petas en Tik Tok. Eso sí, sin salir de tu casa, por favor.

Mientras tanto, los que sean capaces de salir de fiesta sin molestar a los demás que vengan a las montañas, por favor. A divertirse y a animar, sin faltar al respeto a nadie. Algunos, como Luke Rowe, lo agradecen abiertamente. Y a otros les molestará, claro, pero es bonito ver como el Tour se convierte en la gran fiesta del deporte.  

Fiesta Alpe d'Huez
Fotos recopiladas de Twitter, en cuentas como @tdfbeefeaters

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