Mientras el joven Remco Evenepoel ganaba su primer mundial en Australia, otra de las estrellas llamadas a brillar en esa misma carrera vivía una experiencia muy distinta, que acabó no solo con sus opciones de ganar la carrera sino con su imagen muy dañada por el incidente.
Hablamos de Mathieu Van der Poel, que vivió una experiencia muy distinta que podría haber acabado incluso mucho peor, con el ciclista detenido varias semanas en las antípodas a la espera de que celebrase un juicio.
Todo empezó cuando, la noche previa al mundial, dos chicas de 12 y 23 años tocaron a la puerta del afamado ciclista, al parecer en repetidas ocasiones. El holandés, que estaba descansando para la carrera, abrió la puerta y se encaró con las chicas, profiriendo toda clase de insultos. Una de las chicas cayó al suelo y otra se tropezó contra una pared, haciéndose un rasguño en el codo. Suficiente para que llegase la policía.
El ganador del Tour de Flandes fue entonces transportado hasta la comisaría de Kogarah, de donde no salió hasta las 4 de la madrugada. Los ruidos habían empezado a las 10.40h de la noche.
Si hay algo que sabe cualquier ciclista es que tan importante como la nutrición y el entrenamiento es el descanso, así que con esa nochecita el de Alpecin no estaba para muchos trotes. Tomó la salida, pero abandonó en el kilómetro 35 de carrera. Adiós al mundial por la puerta pequeña.
Y es que los australianos se toman muy en serio aquello de cumplir las normas. Que le pregunten si no a Djokovic por su último Abierto de Australia. Van der Poel salió de comisaría sin pasaporte y acusado de dos cargos de agresión común. Eso podía haberle supuesto hasta 6 semanas de permanencia en el país e incluso 6 meses sin poder competir en otros países. Aunque por suerte para él, nada de eso ocurrirá.
El holandés ha resuelto la situación pagando dos multas de 1.000 y de 500 dólares australianos y ya vuela hacia su país. Eso sí, nunca olvidará Wollongong.
