Por un Señor de Toledo.- Ha sido una desaparición deportivamente hablando. Tras ganar de manera más que brillante el pasado Tour de Francia, el danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma), no ha competido, ni hemos tenido noticias hasta hace muy poco de las razones de este ‘ghosting deportivo’ que se ha marcado el joven ciclista.
Hace pocos días, hemos recibido la esperada noticia: Vingegaard ha reaparecido en competición en la Vuelta a Croacia, para afinar su puesta a punto de cara al Il Lombardía, la última gran prueba del calendario, que se disputará el 8 de octubre.
En segundo término, hemos podido conocer los términos de su desaparición durante los dos últimos meses. “Cuando ganas el Tour de Francia es un auténtico bombardeo mental. Es muy difícil hablar con los medios y los aficionados todos los días. Es genial, pero también muy agotador”, ha explicado Jonas Vingegaard; para quien su vuela al entreno le ha supuesto una sensación “sorprendentemente buena”.
Llegó hasta lo más alto, no sólo coronó las cimas más exigentes como líder de la carrera ciclista más importante del mundo, llegó a tocar el cielo. Y tocar el cielo no parece gratuito para muchos mortales, como es el caso del danés, que se vio obligado a desaparecer. Y es que en la vida y en el deporte lo más complicado no es llegar, es mantenerse; es saber gestionar a nuestro favor el elemento más poderoso e increíble con el que contamos, nuestra mente.
El entrenamiento, su vida cotidiana y su pasión por la bicicleta han devuelto a Vingegaard a su estado natural, a su mejor versión, a manejar la mente a su favor… Tomamos nota.
En conclusión, ya vemos al campeón del Tour de Francia competir sobre la bicicleta y con un objetivo macado y es llegar en la mejor forma posible al Giro de Lombardía, el próximo 8 de octubre.
