Por Javier García
Movistar Team necesita con urgencia encontrar una nueva identidad este próximo año, algo que le aleje de la autocomplacencia y le acerque al mordiente y por qué no a la locura. Las marchas consecutivas de Alejandro Valverde y Annemiek van Vleuten han dejado sin pez espada a un conjunto al que en los últimos años se le atraganta la palabra ganar. ¿Qué el camino hacia al triunfo es desigual entre los equipos? es un hecho. ¿Qué la dirección tomada hasta ahora da signos de ahogamiento? también.
La no llegada de Carlos Rodríguez ha supuesto un nuevo saco de carbón a un equipo que ansiaba regalos a más no poder. Los fichajes de Cimolai, Formolo y Cavagna son figuras que sabes que funcionan y que además le dan un salto de calidad a tu belén. Este año el árbol se decorará con el mismo estilo que otros años: Canal, Moro, Romo o Barrenetxea configuran la apuesta por el talento joven español. Milesi y Pelayo pedirán en su carta su primera victoria profesional. El roscón vuelve estas navidades a la mesa en forma de Nairo Quintana, eso sí, no sabemos si con haba o figurita.
La temporada 2023 concluyó con un sabor insípido, como si el equipo viviera en una época en la que no sabe adaptarse. Las 18 victorias valen oro y un nuevo año más la licencia World Tour, no dejemos de valorarlo, pero el listón debería subirse unos centímetros porque los otros cada vez saltan más. No vayamos a cotas tan altas como las 36 victorias de 2016, no sería justo, ni tampoco realista. El bloque es competitivo pero la gran mayoría no puede ganar y en la guantera no hay ningún corredor que te asegure las 5 o 10 victorias por temporada.
Mas, Gaviria, Sosa, Guerreiro o Cortina tuvieron durante toda la temporada el cartel de no hay piernas, a ninguno de ellos le vale lo del año pasado, son los primeros que lo saben. Einer Rubio y Lazkano fueron los grandes brotes verdes en personalidad y resultados, que sigan creciendo. El abrumador calendario ciclista no ayuda, por eso es necesario que al talento existente le acompañe una buena planificación, sino mejor tirar la toalla a la esquina contraria, el juguete ya estará roto.
Si miramos los pasos dados es muy posible que el camino tenga menos piedras, que los claros por fin se impongan a los nubarrones. Los propósitos de año siempre es mejor que apunten más al monte de tu pueblo que al Teide, eso es un hecho. Aprovechar el principio del calendario para coger vuelo sería tan idóneo como necesario y un gran triunfo daría vida a un equipo al que no le sobran las alegrías. Es navidad, época de esperanza y buen rollo, como cada inicio de año, volvamos al kilómetro cero.
