Por Javier García
El bombazo de estas navidades en el mundo del ciclismo tiene nombre propio, Red Bull acaba de comprar el 51% de la estructura del equipo alemán Bora-Hansgrohe. De esta forma, la marca de bebidas energéticas se sumerge de lleno en el mundo del ciclismo, apuntando una fuerte inyección económica similar a lo que ya ha realizado en otras muchas disciplinas deportivas años atrás. Max Verstappen, Marc Márquez o el RBD Leipzig son alguno de los exponentes más elevados de Red Bull en el deporte, a los que podría sumarse la escuadra germana en un margen de tiempo no demasiado elevado.
El coqueteo entre Red Bull y el mundo del ciclismo se lleva tensando durante las últimas temporadas. Este mismo año Wout Van Aert y la marca austriaca ya habían realizado un contrato de patrocinio para el casco del belga, lo mismo ocurría meses antes con Tom Pidcock en el ciclocross. Como se puede apreciar los magnates de la marca del toro no tienen precisamente mal ojo a la hora de elegir a sus caballos ganadores.
Este jueves 3 de enero las autoridades austriacas confirmaban la adquisición mayoritaria del grupo Bora-Hansgrohe por parte de la multinacional energética. El acuerdo sorprende a todos a pesar de que ambas entidades ya tenían vínculos anteriores, con Red Bull patrocinando el programa de jóvenes talentos del equipo o con el sponsor de Anton Palzer, ciclista que venía de la elite del mundial de esquí.
En el mundo del ciclismo nada es casualidad y la llegada de un sponsor de estas dimensiones seguramente haya condicionado el intenso mercado invernal de los alemanes. El fichaje multianual de Primoz Roglic ha elevado notablemente las aspiraciones y el caché de un equipo que se había quedado perdido en órbita tras la marcha de Cin Uijtdebroeks.
Lo que es seguro es que la llegada de Red Bull amenaza con tambalear la estructura de un deporte tan necesitado de apoyos económicos. Bora, que ya de por sí tenía un peso importante en el pelotón profesional, podría subir varios escalones para situarse al nivel de Ineos, UAE o Visma, equipos que en la actualidad doblaban el presupuesto de los alemanes, congelado en una cifra cercana a los 20 millones de euros.
Aún no se conocen con exactitud las intenciones de la marca austriaca y hasta el nuevo maillot del equipo que había sido anunciado semanas atrás ahora está en el aire, ya que la tipografía Red Bull deberá tener un hueco protagonista en una “piel” que no ostenta huecos libres actualmente. Red Bull da alas a cualquiera, por lo que el equipo alemán crecerá y fermentará como un bizcocho en el horno. La principal incógnita es saber cuál será su techo y si incluso figuras esponsorizadas como Van Aert verán en el proyecto alemán un buen lugar de destino en el futuro. La noticia no deja indiferente a nadie.
