Por Javier García
Es muy difícil cerrar los ojos y reconocer un deporte simplemente a través de una voz. Juan Mari Guajardo es de esos perfiles únicos, sin réplica, que hacen impensable interpretar, y sobre todo, valorar el ciclismo sin sus palabras. Su padre fue el principal impulsor de que ese gusanillo por la comunicación creciera. Ese gusto, que se fermentó en todo tipo de rincones de Alsasua, le llevó a erigirse autor de la patente del locutor speaker. La fórmula descubrió como través de la voz también se podía crear escuela.
Su camino es el mejor ejemplo de que toda experiencia puede rescatar un oficio. Contar el marcador del frontón en tu pueblo te puede llevar a poner la voz a La Vuelta a España durante 27 años (y sumando). El speaker más conocido a nivel estatal regresa en 2024 a Lisboa, el punto de partida donde todo comenzó para él. Con la temporada profesional en marcha, Guajardo nos descubre su faceta más personal, sus trucos y su posición más sincera sobre la actualidad del ciclismo.
😍 Un año más volvemos a contar con la voz del ciclismo @jmariguajardo para animar nuestras salidas y llegadas. Y van…2️⃣7️⃣años.
🔝 Todo un lujo para la #challengemallorca. pic.twitter.com/O7gEQsjjEE
— ChallengeMallorca (@ChallengeMca) January 27, 2024
¿Cómo comenzó tu faceta como speaker?
Empecé a serlo cuando ni siquiera existía la palabra. Todo fue gracias a acompañar a mi padre a las carreras, el era locutor de eventos deportivos aquí en Navarra y a nivel nacional. Iba al frontón de Alsasua y allí contaba los pelotazos, el tiempo real, poco a poco te va entrando ese gusanillo. Cuando falleció mi padre en 1995, mi familia y amigos me metieron en la cabeza que podía ser narrador o locutor, algo que la verdad me gustaba hacer.
La Vuelta regresa esta edición a Lisboa, ¿Allí comenzó todo para ti no?
Así es, 1997, nunca me olvidaré de esa llamada. Me dijeron que me iba a la Vuelta un 3 de septiembre, justo el día de mi cumpleaños. El locutor que hasta entonces cubría la carrera no podía y se fijaron en mí, aunque ya tenían algunas referencias. Me lo dijeron con una semana de antelación, pero no lo dude. En cuestión de 7 días pase de estar en mi casa de Alsasua a la salida de toda una Vuelta a España.
Pasas fuera de tu casa la mitad del año por trabajo ¿Hasta que punto merece la pena?
Como en todo hay una balanza en las que las cosas buenas vencen a las malas. A mí me gratifica, pero esto es una forma de vida. No cuentas con cumpleaños de tus hijos, ni celebraciones e incluso funerales. Me llena mucho mi trabajo, pero lidiar con esa soledad a veces no es fácil. Lo más importante es que mi familia lo lleva bien y eso ayuda muchísimo. Dentro de las cosas más gratificantes está la de sentirse querido y valorado por los propios corredores y sobre todo por el público. Oír eso de que soy la voz del ciclismo es un detallazo, aunque yo nunca lo he dicho.
Has cubierto infinidad de eventos, pero ¿Qué es lo mas raro a lo que has puesto voz?
La que más me ha sorprendido es una de tractores, me llamaron de una multinacional alemana para decirme que era justo lo que necesitaban, un animador durante 3,4 o 5 horas. Consideraron que era capaz de hacerlo, me pusieron un especialista de la empresa que me fue dando consejos técnicos y oye me lo pase muy bien. Haces algo diferente, es un mundo distinto a lo que sueles estar habituado, me gusta salir de la zona de confort de vez en cuando.
¿Cómo afectó la pandemia a ti y a tu trabajo?
Lo primero que pensé fue ¿Y ahora qué hago? Fue duro, los eventos se pararon, las carreras se pararon. Fueron 6 meses de cero, cero, cero. Tuve la fortuna de poder estar muchísimo tiempo en familia, eso fue lo mejor de todo. Otra de las grandes lecciones que saque fue ser consciente de lo que disfruto con mi trabajo. La vida va muy rápido, muchas veces no tienes tiempo de saborear las cosas, terminas una carrera y ya estás pensando en la otra. Ese tiempo reflexione, madre mía como disfruto de esto y otra cosa muy importante, quiero seguir dedicándome a esto.
El ganador tiene mucha repercusión, como es lógico, pero un detalle con cada corredor siempre lo tengo. Ellos siempre lo agradecen y es una forma de que se sientan apreciados
¿Es el duelo Pogacar vs Vingegaard el más grande que has vivido?
No se si es la más bestia, pero es una muy buena rivalidad. Están haciendo que ganemos todos, que el ciclismo se engrandezca. Estábamos acostumbrados a que un equipo dominara todos los puertos del Tour de Francia y que los ataques prácticamente no existieran. Ahora vemos a estos corredores que son capaces de atacar a 70 de meta. Es el todo o nada, tenemos que poner en valor su entrega. Es una locura el ciclismo actual, una forma de disfrutar tremenda. Estamos viendo una generación y unas carreras que no se recuerdan en los últimos tiempos. Tan emocionantes, tan competidas.
¿Necesita el ciclismo actual una revolución?
A mí esto se me escapa, yo creo que el ciclismo a día de hoy es un deporte enorme, hay carreras centenarias como el Tour, la Volta a Catalunya. Yo veo que las audiencias acompañan, que el aficionado está pendiente de lo que pasa, no hay una situación valle ni mucho menos. Se necesita grandes firmas para que siga siendo sostenible, pero esas firmas ya están llegando, como por ejemplo Red Bull. Además, no se está respetando a los organizadores que son los que con su esfuerzo provocan que se produzcan los eventos.
Hay organizadores que hipotecan su patrimonio para tener la carrera, se desviven por tener su competición. Sería ser injusto con ellos dejarlos de lado
¿Cómo ves la salud del ciclismo español?
Es el eterno debate. Hemos vivido una etapa dorada desde los años 80 hasta ahora, siempre de manera continua. Hemos ido de la mano con esa transición Perico, Miguel, Abraham, Contador, Freire, Sastre, Purito, todo pum pum pum. La generación parece que se rompe cuando Valverde cuelga la bicicleta hace dos años, parece que ahí se acaba el mundo.
Ahora esta Carlos Rodríguez, top 5 del tour y ganador de etapa, Juan Ayuso también viene muy muy fuerte o la regularidad de Enric Mas. Además, tenemos un plantel de ciclistas junior y sub-23 muy interesante, por lo tanto siempre hay relevo. Es verdad que quizá no se si tenemos un Pogacar o un Van der Poel que son los que más ganan, pero los nuestros siempre están ahí. El ciclismo español siempre ha tenido a alguien que ha estado peleando con los mejores del mundo. Confiemos y sigamos disfrutando de nuestros talentos.
¿Un puerto donde El Tío del Mazo no negocie su aparición?
El Angliru sin duda, desde 1998. El fue el puerto moderno de La Vuelta, nos abrió camino hacia ascensiones que ahora no son para nada la novedad. Esas paredes imposibles que hasta entonces no se podían ascender porque no había desarrollos capaces de afrontar una salvajada así. Ha tomado el relevo de Los lagos de Covadonga. Es un puertaco de esos que cada ciclista que lo sube dice Guau, madre mía, esto no se termina nunca.