Por Javier García
Pogacar y Vingegaard degustan manjares en una mesa reservada dentro del mundo del ciclismo. Hace unas semanas vimos lo que hizo el esloveno en la Strade Bianche, no se conforma solo con ganar. El danés no se queda atrás, 2 de 2 en generales, O Gran Camiño y Tirreno Adriático tienen su firma, nadie le tose en su terreno. Precisamente en la carrera de Dos Mares, Juan Ayuso ha vuelto a dar un paso más en su progresión, esa que le hace liderar la persecución de estos dos fueras de catálogo.
🔥 ¡Es una 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐉𝐀𝐃𝐀 de Juan Ayuso!
⏱️ El español le mete 22 segundos a Vingegaard y oposita a la victoria con el mejor tiempo provisional en meta.
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) March 4, 2024
La Tirreno Adriático suponía el primer test serio por etapas para el alicantino, todo tras no poder brillar en la accidentada Vuelta a Andalucía. Lido de Camaione fue testigo de una de las victorias más brillantes del corredor del UAE. Ayuso se lanzó como un poseso en la rampa de salida. Sin lugar al complejo, trazando sobre raíles y con zapatazos dignos de un especialista, el natural de Javea asestaba el primer golpe de la carrera. Doblegar a Ganna en un terreno hecho a su medida y despegar a 22” a Jonas Vingegaard está muy lejos de ser una mera casualidad.
No obstante, en medio de esta evolución de Juan hay episodios que hay que aceptar. Cuando la pendiente se inclina, hay un caballo al que de momento no se puede perseguir. Jonas Vingegaard hizo de San Giacomo su jardín particular, a 30 de meta, demasiado burro. En esta tesitura hay quien puede despeñarse y hay quien debe aceptar su rol. A sus 21 años, Ayuso hizo lo segundo. Con frialdad y sobre todo con piernas, segundo tras el danés. La fórmula se repetiría la siguiente jornada. Hay segundos puestos que realmente deben apartarse de lo agridulce, este sin duda es uno de esos.
🤍 Bianca from Day One 🤍
🇪🇸 @juann_ayuso
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— Tirreno Adriatico (@TirrenAdriatico) March 10, 2024
Mejor de los jóvenes, una victoria de etapa, dos segundos puestos en las etapas de montaña, segundo de la general, primero de los mortales. La matrícula roza el honor en un erasmus exprés de una semana por Italia. Ayuso demuestra que el futuro del ciclismo español está bien amarrado, no son solo sensaciones, sus resultados lo dan por descontado. Dicho sea de paso, había ya quién tiraba la toalla por él, la precocidad se nos va de las manos.
Vingegaard y Pogacar, salvo sorpresa, volverán a jugar en el Tour de Francia en habitaciones separadas al resto de corredores. Sin embargo, el segundo escalón de candidatos a grandes vueltas amplía su diámetro, cada vez más lobos buscan su caperucita. Roglic, Evenepoel, Jorgenson, Hindley, Ayuso y por que no Carlos Rodríguez. El alicantino debutará en la Grand Boucle como el gran bastión de Tadej Pogacar en busca de su tercera corona, algo que a priori menguará su rendimiento en la general.
Aquí no es el algodón si no más bien el rendimiento el que no otorga la duda, Ayuso ya come en la mesa de los candidatos a todo. Decir que es el mejor de los mortales en carreras de tres semanas ya no suena descabellado. La progresión sin ser definitiva, sí es constante, prueba de ello es su instinto de supervivencia en todo tipo de terrenos, lo hemos visto esta semana.
Consolidarte como el mejor de los humanos puede significar el día de mañana pasar a un elenco divino. Un reservado que actualmente llenan dos corredores con un duelo de esos que ya perdurará en el tiempo. El camino es el correcto para Ayuso, sin olvidarse de ganar y dosificando los cartuchos en su justa medida. 21 años, la travesía solo acaba de empezar.
