Segoviano vs. Escocés. Perico vs. Millar

Hace unos meses cayó en mis manos el libro que Destilerías DYC produjo para celebrar sus 50 años de vida. Al margen de interesarme porque alguna que otra vez me he tomado un “segoviano” con cola con Techo Díaz y con Un Señor de Toledo, tenía curiosidad por leer lo qué se decía de aquellas etapas que acababan en sus destilerías situadas en Palazuelos de Eresma.

No encontré demasiada información al respecto, pero me llamó la atención la descripción de una de esas etapas épicas que de niño provocaron mi afición por el ciclismo: la de la Vuelta Ciclista de 1985 que el 11 de mayo acabó en las Destilerías DYC.

Perico comenzó bien la Vuelta y en la sexta etapa entre Oviedo y Lagos de Covadonga se vistió de amarillo arrebatándole el maillot a Miguel Indurain. Parecía que la cosa pintaba bien, pero al día siguiente no fue capaz de engancharse a una escapada de algunos hombres importantes. Al llegar a meta había perdido más de tres minutos al ganador y cedía el liderato en favor de su compañero del equipo MG-Orbea Pello Ruiz Cabestany.

El escocés Robert Millar acechaba agazapado a tan solo unos segundos en la clasificación general, y tres etapas después la amenaza se convirtió en realidad cuando se encaramó al liderato en la meta de Tremp. En los Pirineos fue sacando cada vez más tiempo a Perico y se plantó en la penúltima etapa entre Alcalá y Destilerías DYC con más de seis minutos de ventaja. El escocés superaba al segoviano y la remontada parecía imposible.

Pero no era así. El segoviano destapó la botella de las esencias y surgieron los aromas de la cebada y la malta. Si el secreto del whisky escocés es su agua, el del segoviano fue esta vez la garra. Subiendo Navacerrada iba escapado el gran Pepe Recio y poco después Perico decidió invocar a la épica y en una bajada de infarto consiguió contacto con él. El primero objetivo era ganar la etapa y ambos pusieron en marcha la locomotora dando pedales como posesos. Por detrás el equipo Peugeot de Millar dejaba hacer. Los escapados suben el Puerto de los Leones, bajan, ruedan en llano camino a Segovia, y al cuanto más se acercan a Palazuelos de Eresma más se acerca también la victoria en la general. En las destilerías la gente enloquece. El primero en cruzar la meta es Recio. El acuerdo entre los dos ciclistas es claro: para ti la etapa y para mí la Vuelta. Solo queda esperar a que pasen los 6 minutos que tenía Millar de ventaja. Perico permanece en la meta rodeado de decenas de personas atentas a sus transistores y que enloquecen cuando por fin pasa el tiempo necesario y se convierte en el virtual ganador de la Vuelta de 1985.

Unas imágenes para el recuerdo…

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Un momento increíble: el segoviano ganó al escocés… y justo delante de las Destilerías DYC.

Por cierto, dice DYC que abandonó el patrocinio de la Vuelta porque no encajaba en la idea de “gente sin complejos”. Discutible creo yo.

Por El Aguador

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