Por Techo Díaz.- A menudo nos preguntamos, en la tercera semana de las grandes vueltas, por qué algunos ciclistas son más conservadores y prefieren amarrar un buen puesto en la general a luchar por las victorias de etapa, algo que a priori reporta más gloria, más portadas y más caché.
Pues bien, cada caso es diferente, y cada corredor o equipo es libre de marcar su estrategia, pero el caso es que gana más dinero el ciclista que acaba séptimo en la general del Tour que el que levanta los brazos en la línea de meta. Según publica el diario Marca, el ganador de etapa se embolsará en esta edición de 2015 un total de 8.000 euros, mientras que el séptimo en la general se embolsará un total de 11.500.
Ello no quiere decir que los ciclistas vayan a renunciar a una victoria de etapa a fin de asegurar su puesto en la general, pero sí que es algo que pueden tener en cuenta sobre todo en la última semana, donde el miedo a Monsieur Massó es creciente y hasta el más valiente se vuelve conservador. No olvidemos que el ciclismo es un deporte colectivo, y que los premios se reparten entre todos los integrantes del equipo. Así que a veces un quinto, un sexto o un séptimo puesto pueden motivar a un grupo entero de corredores, dispuestos a defender con uñas y dientes la posición de su líder.
Los premios, por cierto, no han subido ni un céntimo este año, ni al menos desde 2011. Entonces ya os contábamos que el ganador final de la prueba recibe un total de 450.000 euros, una cifra ridícula si se compara con los 1,8 millones que se embolsa el ganador de Roland Garros o los 8,5 millones de euros en premios que reparten los torneos de golf mejor dotados, The Players Championship.
El segundo clasificado recibirá en 2015 200.000 euros, mientras que el tercero cerrará el podium con un premio de 100.000. A partir de ahí, en orden descendente: cuarto, 70.000; quinto, 50.000; sexto, 23.000; séptimo, 11.500; octavo, 7.600; noveno, 4.500 y décimo, 3.800. Eso sí, todos los que consigan acabar el Tour tienen premio, que a partir del puesto 90 se estabiliza en la cifra de 400 euros.
En cuanto a las victorias de etapa lo dicho, el ganador se lleva 8.000 euros, por 4.000 del segundo y 2.000 del tercero. Hay premios para los 20 primeros, por eso también vemos a veces sprints a la llegada del grupo aunque ya hayan ganado los escapados. En la crono por equipos el premio es algo mayor, 10.000 euros para la escuadra ganadora.
Y llevar el maillot de líder también se paga, a 450 euros la jornada. Eso sin contar el león de peluche, que lo pone gratis una empresa patrocinadora.
Leones y besos aparte, lo cierto es que en el Tour se gana algo más que dinero. Es más, dinero no se gana demasiado, al menos en comparación con otros deportes. Pero los ciclistas son conscientes de que se juegan en estas tres semanas gran parte de su futuro. Con las cámaras de televisión retransmitiendo para medio mundo, el valor de una escapada o de una victoria en solitario se multiplica por cien, y puede llegar a valer más que el dinero. Probablemente mucha más gente recuerde las victorias de Majka o Gallopin en 2014 que el séptimo puesto de Leopold Konig.
¿Qué vale más la pena entonces? ¿Una etapa o un buen puesto en la general? Cada corredor y cada equipo deberán valorarlo, porque nadie mejor que ellos conocen realmente las fuerzas con las que cuentan, ni las posibilidades de éxito reales que puede llegar a tener una fuga. Ahora bien, desde la comodidad del sillón veraniego es muy fácil hablar, y para el espectador no hay nada tan bonito como ver cómo se levantan los brazos de su ídolo en una línea de meta.
