Por Techo Díaz.- Esta categoría es nueva. Pero por todo cuanto ha acontecido en 2015 está más que justificada. La imbecilidad continuó su imparable progresión no sólo dentro de nuestras fronteras, sino que extendió sus tentáculos por la práctica totalidad del globo terráqueo, ganando también un inusitado protagonismo en el mundo del ciclismo. De hecho, nos ha resultado tremendamente difícil seleccionar sólo 5 candidatos, pero a fe que los que están merecen el premio de largo.
El ganador lo determinarán ustedes con sus votos, en el formulario que está inmediatamente debajo de estos comentarios. Recordamos también que quienes lo deseen pueden participar en el sorteo de una equipación completa de invierno El Mazo Pro, valorada en 190 euros, fabricada en máximas calidades y que además rinde homenaje a una de las cumbres míticas del ciclismo de competición.
Estos son los candidatos:
El imbécil que lanzó pises a Froome en el Tour: el favorito en todas las casas de apuestas. Porque éste, además de tonto era un guarro. Una cosa es que no te guste quien va ganando y otra que le arrojes orina a su paso. Hay que ser maleducado y cretino, y tener muchas ganas de hacer daño al ciclismo, al deporte y al Tour para tan siquiera concebir semejante soplapollez. Hay gente para todo, pero tipos como éste deberían estar prohibidos.
El tonto de la fixie que provocó una caída masiva en el Giro: el bobo en cuestión saltó con su fixie a la carretera justo unos segundos antes de que se acercara el pelotón. Y claro, provocó una caída masiva. Ni los insultos que recibió en Twitter ni las menciones a su familia compensan una idea de bombero que le costó a algún ciclista abandonar el Giro.
Ambrossini, el ladrón de bicis de Chiclana: el espectáculo fue grotesco. Nos acercamos a Cádiz, se produce una caída en el pelotón y el corredor americano del Cannondale Ben King observa estupefacto como un descamisado se sube a su bicicleta pitillo en boca “para ayudar”. Al día siguiente, Ambrossini, que así se conocía al sujeto en cuestión, era poco menos que un héroe nacional. Entrevistado en varios medios, pudimos saber que se preciaba de imitar divinamente a Eros Ramazzotti. Un detalle que, como toda su actuación, sobraba.
Los organizadores de la Clásica de San Sebastián: errores a nivel organizativo ha habido muchos, pero ninguno tan sonado como el de la Clásica de San Sebastián, que se llevó la palma (¿o deberíamos decir la concha?) de los despropósitos en 2015. Los fallos en la retransmisión televisiva, las desconexiones y la falta de información hicieron que el propio ganador, Adam Yates, ni siquiera celebrase el triunfo en la meta. Aunque llegó escapado, no sabía que iba el primero. Entre otras cosas porque, según denunció Van Avermaet en su Twitter, una moto tiró al belga cuando marchaba escapado.
Vincenzo Nibali: algunos se tirarán de los pelos al ver a su ídolo en la categoría de tonto del año, pero es que lo que hizo en la Vuelta bien merece una nominación. Cierto que este feo gesto no anula todo lo logrado en su carrera, pero tampoco conviene pasarlo por alto. Cuando eres un campeón tienes que comportarte como tal y no olvidar nunca que estás dando ejemplo, un ejemplo que pueden seguir el día de mañana los niños y Valentino Rossi. No vale agarrarse al coche del director de equipo y, sobre todo, si te han pillado no protestes tratando de decir que todo el mundo lo hace y que el profe te tiene manía.
