Por Luis Gregoris.- Se dice que Santa Cruz de Tenerife es una ciudad que da la espalda al mar. Esto parece increíble cuando se habla de la capital de una isla situada en la misma costa. Sin embargo, la playa a la que los santacruceros suelen acudir es Las Teresitas, en el pueblo de San Andrés, a unos ocho kilómetros. Y es en este camino donde encontramos la fachada de una casa decorada con las pinturas de varios de los ciclistas más famosos de la historia, lo cual hace que les pique la curiosidad a peatones y conductores.
¿Quién pintó y seleccionó las figuras que aparecen? Y, ¿para qué está habilitada esa casa? Pues bien, para contestar la primera pregunta empecemos por la segunda: como puede suponerse, mayoritariamente la casa está dedicada al ciclismo. Como el letrero en el que pone “La sede” indica, se trata del local social de un club ciclista insular, El Pelotón Tenerife, con su cantina y un taller de bicicletas independiente a la entidad.
Hasta aquí la introducción. Para proseguir, hay que hacer aparecer en escena a un personaje de los muchos que residen eventualmente en el archipiélago en busca de suerte, al mismo tiempo que sustituyen la dureza de los climas continentales con la eterna primavera de las islas afortunadas. Si hubiera nacido en Rumanía, podrían haberlo llamado Hagi. Si lo hubiera hecho en Croacia, es posible que lo hubieran apodado Prosinecki. Es búlgaro y le pusieron Stoichkov (Estoico, se dice por estos lares). Ya abandonó la isla. Encontró trabajo en su país, pero dejó un legado más amplio que el que hayan podido establecer muchos otros que aterrizaron en nuestros aeropuertos con cargos de grandes ínfulas. El presidente y director deportivo del club, Diego Expósito Sosa, convaleciente de una rotura del tendón de Aquiles, asegura que “fue una pena que se marchara. Nos hubiera pintado todo el local…”
Yo ya lo había visto aparecer en la televisión autonómica como autor de decenas de retratos de personajes que han pasado a la posteridad, plasmados sobre las piedras que hacen que se toquen Santa Cruz y San Andrés con el Atlántico. Desde Hernán Cortés a Michael Jackson. De Madame Curie pasando por William Shakespeare. Se podía jugar con su obra a tapar el nombre del personaje e intentar adivinar de quién se trataba sólo viendo la pintura. Elaborados unos mejor que otros, se puede decir que el porcentaje de aciertos era elevado, lo que dice mucho en favor de Estoico.
Como si se tratara de uno más de los monolitos que el búlgaro elige como soporte para su obra, se fijó en la encalada casa como lienzo de su próxima labor. Pidió permiso y jugando con la temática del inmueble levantó las imágenes de Sagan (el ciclista, por supuesto), Cavendish (sí, juntos tras el incidente del último Tour de Francia, que supuso la eliminación del mismo para ambos), Perico, Indurain, Contador, Pantani, Longo, Anquetil, Coppi y Merckx; demostrando buenas maneras en su selección. Homenaje aparte de la pintura al presidente honorífico de El Pelotón, Rony, y de diversas referencias al atletismo y a la natación, ya que La Sede también es punto de encuentro de practicantes de estas disciplinas. Su tocayo Hristo, el que jugó en el Barça, era un gran aficionado al ciclismo, en especial a Claudio Chiapucci, como os contamos tiempo ha en esta otra historia
Por lo tanto, Estoico ha pintado mucho en el ciclismo de la isla, como lo que intenta pintar El Pelotón Tenerife, que en sus seis años de existencia pelea con sus recursos, los que les proporciona su sponsor Adeje Bike Shop y lo que le llega de las instituciones; por hacerse un nombre en el pelotón nacional amateur. La externalización del equipo de Expósito va allende nuestras fronteras, con representantes que lucen su maillot por países como Francia e Italia. Además, tiene entre sus licencias las de componentes peninsulares que, una vez terminado su periplo en Tenerife, han continuado formando parte de El Pelotón, y un par de fichas más de corredores argelinos. Todo sea por pintar algo en su gran pasión: el ciclismo.
Junto a Perico hubiera molado una del Tío del Mazo
