Ayer tuvimos etapa de pavés en el Tour con llegada a Roubaix para emular el recorrido final de la Paris – Roubaix, el Infierno del Norte. Eliminado de la carrera Richie Porte y tortazos para unos cuantos, entre ellos Landa y Froome. ¿Es necesario esto en el Tour de Francia?
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Pues no. El Aguador
Pues no. Efectivamente la etapa tiene mucha emoción, pero no es una emoción deportiva, es un interés por bien quién consigue no caerse, y ver quienes de los que se caen tienen la suerte de no lesionarse y no retirarse. No creo que el Tour de Francia sea una carrera en el que lo importante sea sobrevivir, sino que lo importante es ser el mejor a lo largo de tres semanas de carrera. Para supervivencia ya estaba Humor Amarillo, y no el Tour.
Desde luego que caídas las hay en todas las etapas, de hecho estos días hemos visto que se han producido muchas, pero una etapa en la que no caerse es el aliciente más importante no sé si tiene cabida. Se puede crear emoción haciendo otras cosas – como vemos en la Vuelta a España o como el mismo Tour ha hecho con su etapa explosiva del 17 de julio.
Lo vivo muchas veces con la gente que me rodea. Cuando se celebra la París – Roubaix, te hablan de que es una carrera espectacular, épica, que los ciclistas que la ganan son locomotoras, se habla de cómo tiraba Cancellara, y cosas relacionadas con ciclismo. Estos días, cuando alguien me preguntaba por la etapa de ayer, la frase es «la que se va a liar».
Tampoco me sirve aquello de «hay que ser el mejor en todos los terrenos», porque tampoco es cierto, puesto que en ese caso tendrían que celebrarse etapas de todas las modalidades durante estas tres semanas: cronoescaladas, etapas de descenso, subidas a puertos por caminos…
En fin, imaginad que hoy no están en la carrera la mitad de los favoritos, como pasó en 2014 cuando Froome se tuvo que retirar y Contador o Valverde perdieron casi tres minutos. ¿Es eso emocionante?
Pues Sí. Un Señor de Toledo.
Efectivamente sí que queremos una etapa así en el Tour de Francia. Y lo queremos por la sencilla razón de que el interés y la emoción para el espectador son máximos y para el ciclismo esto es fundamental. Una etapa con la de ayer ofrece un gran espectáculo como lo hacen las clásicas, que son una tipología de carreras con el máximo interés y emoción.
Sí porque es otra modalidad con mucho tirón mediático en el ciclismo y una carrera como el Tour de Francia no puede, ni debe renunciar a este tipo de etapas, que no son ninguna trampa o una suerte de lotería en la que se rifan las caídas… De hecho suelen ser más graves las caídas que se producen por la tensión del pelotón en la primera semana del Tour que las que se produjeron en los tramos de pavé… Las caídas son parte del ciclismo y tristemente en casi todos los tours, tengan o no pavé, hay caídas y abandonos sobre todo en la primera semana.
Sí queremos etapa con pavé porque gustan y mucho a los aficionados y a eso no se le puede dar la espalda, más aún cuando hablamos de la carrera ciclista por etapas más importante del mundo.