Las vías verdes son un invento maravilloso. Lo son si lo que buscas es practicar un tipo de ciclismo del que se habla poco, pero que es, en las ocasiones en las que realmente sale bien, el más satisfactorio de todos. El ciclismo familiar.
Nada puede haber más gratificante para un padre, madre, tío o padrino que compartir un buen día de bici en el campo. Porque hacerlo tú solo, o con tu grupetta o amigos de siempre está genial, pero si además consigues transmitir tu pasión a tu entorno más cercano te acabas de anotar un tanto. No es fácil encontrar un hobby que le guste a todos los miembros de la familia, pero la bici puede ser uno de ellos.
Y para disfrutar de ello, pocos lugares mejor que una vía verde. Estos caminos, que discurren por antiguas vías de ferocarril en desuso, son completamente seguros para que los más pequeños puedan disfrutar de la bici sin ningún tipo de riesgo. Y también los más mayores. Ni coches, ni senderos estrechos ni complicaciones técnicas. Caminos anchos por donde dejar volar la imaginación y disfrutar de montar en bicicleta.
Estas navidades tuve la suerte de pedalear, en un primaveral día de invierno, por la vía verde que une dos localidades con cierto renombre entre el deporte nacional. La que une la ciudad que vio nacer el tenista Rafa Nadal con la villa en la que vino al mundo el ciclista Enric Mas. Pasando por el pueblo de la medallista olímpica de Mountain Bike Marga Fullana.
Entre Manacor y Artá hay 29 kilómetros, que se recorren por una camino de tierra compactada, ideal para bicicleta de gravel, pero que se puede hacer con cualquier tipo de bicicleta, incluida una de paseo. la ruta recorre el interior del levante mallorquín, pasando por las localidades de Sant Llorenç, Son Carrió, Son Servera y Artá.
Una ruta absolutamente relajante que permite conocer el interior mallorquín, porque, importante saberlo, este sendero no pasa por la playa. No es un camino infestado de guiris que van de playa en playa, sino una propuesta para conocer lo más desconocido de la isla: el interior.
Y si lo que buscas es paz y tranquilidad, cumple de sobre su objetivo. A pesar de que la isla de Mallorca se ha convertido ya en el destino cicloturista más importante del mundo, por esta vía verde apenas pasa gente. Y esto es así porque la mayoría de ciclistas deportivos se dirigen a la Sierra de Tramontana, mientras que los cicloturistas van de cala en cala. O al menos la mayoría, porque solo del todo tampoco de te vas a encontrar.
El camino recorre el interior de la isla, donde se alternan los campos de agricultura tradicional y el bosque mediterráneo de los cerros que sorteaba el tren en su búsqueda del camino más llano. El antiguo ferrocarril -que funcionó entre 1921 y 1977- unía los pueblos y no tenía como finalidad ir a la playa. Pero en su parte media pasa muy cerca de la costa brindando magníficas vistas marineras y en Son Servera conecta con el carril bici que baja hasta las playas de fina arena del levante.
Desde la estación de Sant Llorenç, además surgen tres rutas de Mountain bike diseñadas por Marga Fullana, que se desvían hasta la muy azul playa de Sa Coma y la Punta de N’Amer, paraje protegido de gran valor paisajístico. La ciclista mallorquina, que consiguió ganar tres veces el campeonato del mundo entre los años 2000 y 2008, pone así su granito de arena a esta tranquilo sendero que conecta los pueblos de los deportistas mallorquines más famosos del siglo XXI.