Que nos perdone Pogacar, pero esta temporada está teniendo un protagonista claro y no es esloveno. Las caídas.
Que se lo pregunten sino a su compatriota Primoz Roglic o a Remco Evenepoel, abonados a caerse de 30 en 30 cada vez que disputan una carrera de una semana. O a Mikel Landa, aunque el alavés ya cuenta con ello como uno de los ingredientes del landismo.
Una nueva caída masiva paralizó ayer la etapa de Dauphine y convirtió la carretera en una pista de patinaje. La mejor imagen, como siempre desde que existen los teléfonos inteligentes, la captó un aficionado. Una toma que refuerza lo dantesco de lo vivido ayer en tierras francesas.
Le pauvre chien qui a eu la peur de sa vie 😵🐶 #Dauphiné pic.twitter.com/ehQDhVNljf
— 𝕌𝕣𝕓𝕒𝕚𝕟 𝔾𝕣𝕒𝕟𝕕𝕚𝕖𝕣 (@keyshawn__bava) June 6, 2024
Más de 30 ciclistas se vieron implicados en la debacle, a solo 22 días del inicio del Tour de Francia. Entre los más afectados, los ciclistas Steven Kruijswick y Dylan Van Baarle, compañeros de Vingegaard en el Jumbo Visma y Juan Ayuso, compañero de Pogacar en el UAE. Ayuso no tiene nada roto, pero no ha tomado la salida en la sexta etapa de la ronda francesa.
Está claro que el ciclismo es un deporte de riesgo. Siempre lo ha sido y siempre lo será, como bien sabe Luis Ocaña, único ser vivo capaz de derrotar a Eddy Merckx en su esplendor si no hubiese sido por una caída (y el posterior embiste de Zoetemelk). Lo saben bien ciclistas de todas las épocas y condiciones, pero… ¿no se nos está yendo un poco de las manos en 2024?